Thursday, November 30, 2006

Mi vida diaria, my daily life


Ya he vuelto a coger una cierta rutina en Valladolid, por fin, después del año erasmus es duro rehacer una vida, eliminando las cosas que no me gustaban de mi vida anterior.

La mayor parte del tiempo lo paso en el salón, en una completo desorden, una mezcla de televisión, ordenador, platos de comida, ropa y mi mantita...

Los jueves, viernes y sábados trabajo en la bocatería, haciendo pizzas, bocadillos y demás para los borrachillos de la zona. Es entrerenido, aunque a veces un poco estresante. Además, el horario es fastidiado, de siete de a tarde hasta las 3 o las 4 de la mañana, demasiado tarde, así que las mañanas siguientes estoy bastante cansada.

Los jueves, cuando salgo del curro, tengo una cita obligada con Alfredo. No me da tiempo a ir a su concierto semanal en el Black Rose, pero me acerco para saludarle, tomar una cervecilla juntos y ponernos al día de nuestras respectivas vidas.

Los domingos intento descansar y tomarme un cafetillo con Rubén. Si nos da por ahí, vemos una exposición, o vamos al Patio Herreriano (Museo de Arte Contemporáneo Español), o vamos a Intur, como la semana pasada.

Dos o tres veces por semana quedo con Marianne, una chica encantador que conocí por casualidad en Asklepios allá por septiembre. Nos pusimos de acuerdo para hacer un tándem español-alemán y estamos aprendiendo mucho juntas. Me encanta quedar con ella.

Los martes por la noche tengo una cita obligada con Rubén para ir a los conciertos de jazz que se celebran gratuitamente en el Café España. Este último martes la banda fue Zaratán Connection y la verdad es que el conciero estuvo muy muy bien, pero la gente estaba exaltadadísima y no se podía hablar en condiciones.

El resto del tiempo tengo que dedicarme a la casa y a la carrera, que no es poco. Cuando no son mis proyectos son las maquetas de alguno de mis compis de piso, como el pasado lunes, que dormí apenas 3 horas y estuve toda la mañana haciendo prismas de cartón negro. ¡No veas qué entretenimiento!