Thursday, January 12, 2006

El regreso: tercer capítulo.

Siempre hay una segunda parte, unos opinan que nunca fueron buenas y otros opinan que superan a las primeras partes, pero en este caso era casi imposible que la secuela no superara a su predecesora. Me estoy refiriendo a mi regreso a la vida social.


Tras el estado de secuestro en el que viví durante el verano, recuperé contacto con esa realidad que siempre tanto me ha gustado: las noches pucelanas, en la mejor compañía posible, Pili. Nuria es un encanto y la adoro, y siempre agradezco que se venga con nosotras de marcha, aunque quizá pueda sentirse un poco extraña, debido a la diferencia de edad y de ambientes, nunca mejor dicho.


Tengo que aclarar que mi desaparición durante los meses de verano fui exclusivamente por mi culpa, porque es mi responsabilidad elegir con qué clase de gente me junto. Mi situación del verano fue a todas luces un error, desde el primer momento, pero no quise verlo hasta que fue demasiado tarde, porque era más cómodo no oponerse a nada, no plantar cara a la situación, como hubiera hecho otras veces. En este caso, me dejé llevar por la desidia y el desafecto personal, por una carencia absoluta de autoestima, como castigo autoinfligido, por no sé qué clase de estúpido sentimiento de culpa que a veces me invade.

Por supuesto, dejo libres
de este juicio a todos mis compañeros de piso y demás amigos, pues sólo tengo derecho a quejarme de mis extrañas elecciones en lo sentimental. Todo lo demás fue genial y lo repetiría sin ninguna duda. De hecho, tengo muchas cosas que agradecerles...

En este reencuentro con la vida social, cómo no, volví a mis bares de siempre. Mis bares de siempre a veces pueden resumirse en uno: el Testa.


Hay pocos bares tan cutres y mal olientes como
éste, pero tiene algo que siempre me hace estar a gusto. Supongo que será una mezcla entre el tipo de gente, la c lase de música y la bebida barata. Qué le vamos a hacer, la combinación es mortal. De hecho tengo que decir que la pobre Nuria es mucho más guapa de lo que aparece en la foto. Esos son los efectos del calimocho barato que se bebe en ese antro.


Todo ello, en un ambiente ahumado hasta la saciedad, con un nivel de saturación en el aire que hace que el vaho se condense en las paredes y el techo, chorreando como pringue repugnante, uhm..., delicioso...!

Con la dueña, Tere, Sudorosa para los amigos, y el camarero fascista, que siempre me he preguntado qué coño pintaba en un bar como el Testa... ¿Por qué no se va al Tintín? Porque seguro que allí no le aceptan por radical...

Si a eso le añadimos ciertos elementos neutros que frecuentan el bar, con este pedazo de cara de capullo, por ejemplo, que babean por ver a unas chicas besándose... Uff, se me revuelve el estómago de acordarme. Pero me reí mucho, porque le di lo que se merecía, algo menos, quizás...

Se quedó a cuadros cuando le dije a la cara que se había acercado a hablar con nosotras sólo porqu
e se había empalmado al ver a Pili y Nuria besándose. Menudo mamón, machito de mierda, flipao de las fantasías lésbicas,... Ojalá leyera esto.

En fin. lo asombroso es que en esas circunstancias lo pasé genial, como antaño, como siempre. La misma mierda de siempre, pero al menos mierda conocida.

Tuve tiempo para ponerme al día con Pili y dar explicaciones de mi desaparición. La pena es que no pueda enviarle mensajes para que me siga la pista, y para seguir yo la suya.

Este post es para ella, para que sepa que no me olvido, aunque estemos un poquito lejos.

¡Muchos besos, cielo!




No comments: